"Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte, contemplando, como se pasa la vida, como se viene la muerte..." Recordar es igual a despertar. Sacudirse en el mundo de sobras y de apariencias en que estaamos sumidos y aprehender el mundo de las ideas eternas. Si, la vida en lo efímero, lo que pasa, y el pensamiento se despliega, justamente, porque quiere salvarse de lo que pasa y anclar en algo que no pase, que sea tierra firme y absoluta. Algo eterno.
Despertar es practicar la anamnesis, la memoria. Al despertar, el alma se dice: no, no soy de este mundo ni este mundo me satisface. El estrato superior del alma, ese que contiene las ideas y que es el alma propiamente humana, viene de otro mundo. Cuando el cuerpo deje de sentir, volverá allí, donde pertenece. El alma es inmortal.
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